Tiendas de máscaras: Spahn bajo crítica: ¡miles de millones y caos!
El artículo destaca el papel de Jens Spahn en la adquisición de mascarillas durante la pandemia del coronavirus y critica las decisiones financieras.

Tiendas de máscaras: Spahn bajo crítica: ¡miles de millones y caos!
Hace cinco años, en plena pandemia del coronavirus, la adquisición de mascarillas protectoras mantuvo en vilo a todo el país. Jens Spahn, entonces ministro federal de Sanidad, está ahora en el centro del debate sobre las catastróficas medidas de adquisiciones. Así lo informa el mensajero de Wiesbaden. Admite que en la situación del momento había que actuar rápidamente, sin tener un plan ni una evaluación de riesgos. "En tiempos de necesidad, el lema era conseguir mascarillas, sin importar el coste", dijo Spahn.
Las circunstancias en las que se adquirieron las máscaras eran todo menos ideales. Mucha gente hacía sus propias mascarillas, e incluso se recomendaba hornear las mascarillas usadas. La presión sobre la política y el sistema de salud fue enorme cuando hubo cuellos de botella en el suministro y las máscaras, ventiladores y desinfectantes escasearon. Spahn se sorprende de lo rápido que se olvida la dramática situación.
El informe interno causa revuelo
El Ministerio de Salud se puso en contacto directamente con el Ministerio del Interior para hacer cumplir esta decisión. Spahn se justificó diciendo que la emergencia así lo requería. Fiege, sin embargo, se vio abrumada por la gran cantidad de máscaras, lo que agravó aún más los problemas. Más de 100 minoristas están demandando al gobierno federal y muchos están ganando cada vez más. El gobierno federal podría haber perdido más de 2.300 millones de euros como resultado de estos acuerdos sobre máscaras.
Costos excesivos de adquisiciones y administración
segun eso Oficina Federal de Auditoría Al inicio de la pandemia se compraron un total de 5.700 millones de mascarillas por un precio de 5.900 millones de euros. Sin embargo, la necesidad real era mucho menor y más de dos tercios de estas mascarillas nunca se utilizaron. Hasta la fecha, hay 800 millones de mascarillas en stock para las que no existe ningún concepto de uso y distribución. Más de 1.200 millones de mascarillas ya han tenido que ser destruidas porque habían superado su fecha de caducidad.
Los costes posteriores derivados del almacenamiento, la logística y la administración ascenderán a 460 millones de euros a finales de 2023. El ministerio espera nuevos gastos significativos en 2024. Todo esto lleva a la gran pregunta: ¿Cómo pueden los políticos aprender de estos errores para estar mejor posicionados en futuras crisis?
El proceso de adaptación a esta fase caótica está lejos de estar completo. Spahn y el Ministerio de Sanidad están en el punto de mira mientras continúa el debate público sobre los costes incurridos y la calidad de las decisiones.