Victor Hennemann: ¡Un héroe del helado con un gran deseo de inclusión en Kassel!

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Victor Hennemann, de 24 años, trabaja en la heladería Frare de Kassel y promueve la inclusión de personas con síndrome de Down.

Victor Hennemann, 24, arbeitet im Eiscafé Frare in Kassel und fördert Inklusion für Menschen mit Down-Syndrom.
Victor Hennemann, de 24 años, trabaja en la heladería Frare de Kassel y promueve la inclusión de personas con síndrome de Down.

Victor Hennemann: ¡Un héroe del helado con un gran deseo de inclusión en Kassel!

Victor Hennemann es una celebridad menor en Kassel. El joven de 24 años, que vive con síndrome de Down, no sólo trae helado a sus invitados en la heladería Frare, sino también una sonrisa radiante. Trabaja en el sector de la restauración desde hace nueve años y comenzó su carrera con unas prácticas. Hoy trabaja como camarero y es conocido por su trato amable y personal con sus invitados. La heladería tiene una misión clara: promover la inclusión y crear empleo para personas con discapacidad. Victor tiene un contrato de trabajo financiado por LWV Hessen y demuestra lo importante que es la integración en el lugar de trabajo.

En verano, Víctor trabaja cuatro días en la heladería y un día en un taller, mientras que en invierno trabaja tres días en la cafetería y dos días en el taller. Allí ayuda en la cocina. Al recibir órdenes, Víctor se comunica principalmente por escrito porque tiene dificultad para expresarse verbalmente con claridad. Un bloc de notas le resulta de gran ayuda. Sus padres están convencidos de su entusiasmo por la vida y su energía, pero también ven la necesidad de mejorar la inclusión general de las personas con discapacidad intelectual. Están contentos de que Víctor tome el autobús y el tren para ir al trabajo de forma independiente y también camine hasta la cafetería.

Inclusión en el lugar de trabajo

Se estima que en Alemania hay unas 50.000 personas con trisomía 21. Como Víctor, muchos de ellos encuentran empleo en talleres para personas discapacitadas o en el mercado laboral en general. Hay más de 700 de estos talleres y emplean principalmente a personas con discapacidad intelectual. Estas instalaciones ofrecen espacios seguros en los que los afectados pueden realizarse, pero también hay voces críticas. Algunos talleres se quejan de que la transición al empleo integrador a menudo no recibe suficiente apoyo. Sin embargo, desde la introducción de la Ley Federal de Participación (BTHG), ha habido más oportunidades para las personas con discapacidad que necesitan apoyo para encontrar trabajo más allá de los talleres. Cada vez más personas con síndrome de Down trabajan en la restauración, en residencias de ancianos, en hospitales o en el ámbito artístico.

La participación social de las personas con discapacidad es importante, no sólo para su autoestima, sino también para la sociedad en su conjunto. La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad obliga al Estado a garantizar una participación equitativa. Los empleadores se benefician de contar con personal calificado, especialmente en tiempos de escasez de mano de obra. Pero el desafío sigue siendo mejorar el acceso al mercado laboral de las personas con discapacidad. Hasta la fecha, las personas con discapacidades graves han tenido una tasa de empleo más baja y, a menudo, se ven afectadas por el desempleo. Las razones de esto suelen ser la estigmatización, las restricciones de movilidad y las dificultades para acceder a la educación y la formación.

Un modelo a seguir para muchos

Victor Hennemann demuestra que es posible llevar una vida profesional plena, incluso con síndrome de Down. Su historia envía un mensaje positivo a la sociedad: la inclusión es posible y puede tener éxito si se crean las condiciones marco adecuadas. Él mismo tiene un programa de ocio completo que incluye natación, baile y Tae Bo, y vive en una comunidad de vida asistida donde visita a sus padres los fines de semana. Es necesario mejorar aún más las oportunidades para que personas como Víctor participen activamente en la vida. Trabajar en su amado entorno e interactuar con los invitados no solo lo convierte en una persona popular en la heladería, sino que también son un pilar en el camino hacia una mayor inclusión.

Víctor es un ejemplo de cómo la alegría en el trabajo y una vida plena son posibles para todos si podemos trabajar juntos para superar los obstáculos que a menudo surgen de los prejuicios y el apoyo inadecuado. HNA informa que Víctor trabaja con mucho entusiasmo y compromiso en su lugar de trabajo. betanet destaca la importancia de visibilizar estos éxitos para reducir los prejuicios. Porque toda persona tiene derecho a una vida autodeterminada y a la oportunidad de aportar sus talentos a la sociedad. La Agencia Federal para la Educación Cívica muestra con qué decisión los empresarios y las instituciones pueden reaccionar hoy ante la participación de las personas con discapacidad.